Dedicación, esfuerzo, pasión y sobre todo, mucho trabajo, tienen como resultado una espectacular puesta en escena.
Tras cada movimiento y detalle del guepardo de El Rey León existe el esfuerzo de todo un equipo. Descubre en el siguiente video, las claves del proceso creativo de la extraordinaria coreografía de este animal, que escenifica y representa una agilidad y elegancia únicas, distintivas de este personaje.
¡Disfrútalo!
En el musical El Rey León, la transformación de la actriz en el personaje es todo un espectáculo en sí mismo. Para lograr esta metamorfosis, la actriz sujeta sus piernas a las patas del animal, asegurando que todo encaje perfectamente. Este ingenioso mecanismo le permite dar vida y movimiento al personaje de una manera asombrosa.
Además de sujetar sus piernas, la actriz también sostiene dos bastones conectados a las patas delanteras del animal. Estos bastones se convierten en una extensión de sus propias manos y le permiten crear movimientos precisos y fluidos. Es a través de esta simbiosis entre las extremidades del animal y las de la actriz que el personaje cobra vida en el escenario.
Pero la magia no termina ahí. La peluca de la actriz juega un papel crucial en la ejecución de los movimientos más complicados. De la peluca emergen unos cables que están hábilmente conectados al cuerpo de la actriz. Estos cables le brindan la libertad de realizar acciones como correr, rascarse, estirarse e incluso levantarse sobre sus patas traseras. Es impresionante cómo estos elementos técnicos se combinan para crear una ilusión tan realista y cautivadora.
El personaje que encarna la actriz en El Rey León es el ejemplo perfecto del doble acontecimiento creado por la talentosa directora Julie Taymor. Cuando observamos a la bailarina en el escenario, somos testigos de un fenómeno único: podemos ver tanto al actor como al personaje al mismo tiempo. La habilidad de la bailarina para fusionar los movimientos del animal y los suyos propios es lo que desata la verdadera magia en el musical.
En cada representación de El Rey León, esta increíble combinación de ingeniería teatral y talento artístico se entrelaza para transportar al público a las vastas llanuras africanas y sumergirlos en la historia de Simba y su viaje de autodescubrimiento. Es una experiencia inolvidable que demuestra la capacidad humana para crear mundos mágicos y hacer que los sueños cobren vida sobre el escenario.